Me llega una sutil y
agradable fragancia.
Con notas de elegancia y de pasado rancio a la vez.
Esas, que me recuerdan a ti.
Al instante, mil recuerdos
pasan por mí mente.
Sin querer, ella divaga y se pasea a su antojo,
como si no fuera parte de mí.
Pero sólo por ésta vez, voy a dejarla ir.
Viniste a mi mente,
así, sin esperarlo.
Y no pude evitarlo.
Pero lo sabes, no te mereces ya
ni por un momento, ocupar mi tiempo.
Un tiempo que se congeló.
Un tiempo que caducó.
***