El la mira embobado,
y ella no se da cuenta.
Absorta de todo, pasea triste,
sin saber que tiene, un enamorado.
Siempre acude, para verla pasar.
La misma hora, el mismo lugar.
Esas tardes de verano, poco a poco, se van.
Y él, que no se atreve a decir palabra,
se maldice y se enfada.
Sabe que va a perder la oportunidad.
No sabe su nombre, ni de dónde vendrá.
La quiere volver a ver.
La quiere, conocer.
Pero ella no lo sabía.
Lo que él no sabe, que ese día sería el último.
Ella se fue y no volvió,
Jamás.
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